«το 'Αλφα και το Ωμέγα»

El fuego que yacia en aquellos secos leños ya casi estaba consumido, y sin embargo, aquel viejo hombre aún podia sentir el calor que yacia en sus antigüas heridas de guerra. No podia olvidar aquella cruel batalla de la cual habia sido participe cuando joven. La tormenta de nieve que asotaba fuera de su cabaña era igual de despiadada como en aquel día, eso hacia que las memorias fueran aún mas sencillo recordarlas. Sus nietos ahora se encontraban asustados debajo de las cobijas, pensando que estando escondidos pudieran evadir los golpes que el viento daba en todas las ventanas del lugar, como si un gigante de hielo estuviera golpeando con su martillo la montaña.

Uno de los pequeños dijo - Abuelo, porfavor, cuentanos de nuevo esa batalla que tuviste junto con los campeones de la luz, y como lograron acabar con ese dragon rojo -

No en este momento - respondió el viejo.

El pequeño, entre soyosos, volvio a su lugar, acurrucandose con sus demas hermanos.

El viejo meditabundo, en ese momento intento conciliar el sueño de nuevo, uso el truco de mecer la silla para intentar arrularse, el crujido de la antigua mecedora tenia su encanto para él. Y funciono... volvio a dormir...

Solo para verse inmerso de nuevo en la misma pesadilla que lo ha seguido por centenas de años, El viejo Malaquias se da cuenta que en esta ocasion cuando piensa que el sueño va a terminar y despertará, las imagenes siguen su curso. Los campeones peleando contra aquel enorme y colosal dragon rojo, Glaridiakris era su nombre, enfermo de poder y destruccíon, convertido en el avatar de Tiamat, intenta recobrar el mundo para él, incluso de los que eran sus aliados, uno a uno en la batalla van cayendo, incluso él es destruido. En la oscuridad, renace, no sabe como, pero se da cuenta del mismo mal que ha estado haciendo en el mundo, pero no por su propia voluntad... es joven de nuevo... como cuando penso que habia muerto. Los dioses le han concedido un ultimo deseo, a cambio de algo... vida eterna, dolorosa como solo eso puede ser. La batalla dura por 34 días y 34 noches... Al final, la esencia de aquel dragon queda contenida en una Orbe, una sola... las demas han sido destruidas en la batalla, y ahora lo unico que existe en Drannor, es solo muerte y destrucción... incluso los heroes mas poderosos han caido. Solo queda él... por este gran favor, los dioses le conceden todo el poder que quiera, todo el oro que guste... el escoge la vida, pide que el mundo sea repoblado... por las mismas razas que habitaban su viejo y decadente mundo... Hombre y Mujer... Macho y Hembra... todas las especies... quiere que sea como antes... la nostalgia lo cega al tomar la desición, la cual cargará toda su existencia.

Una ultima petición, que el mal y el bien, esten separados en distintos continentes... Los dioses lo miran y piensan que es justo... Lo concederan, estan muy cansados despues de esta batalla... ellos tambien han peleado y han llegado a un acuerdo entre bien y mal, caos y orden... Esconderemos las armas que nosotros mismos hemos forjado para estos tiempos oscuros, las repartiremos entre los confines de la tierra y el agua. Pero el mundo sera una utopia, solo hasta que tu mantengas tu maldicion, viviras para siempre, mas no te será permitido dar vida... porque ese es nuestro poder y de la misma manera otorgamos un poco de el a todas las criaturas que seguiran habitando nuestro Drannor, pero no sera el tuyo... porque tu has destruido al destructor y por lo tanto mantenerlo cautivo debera ser tu carga. Los dioses fatigados, se van a dormir.  Ω




Una gran explosión en el tiempo y espacio, hace que gire de nuevo la rueda de la vida, el ciclo de la existencia... La inmensa isla flotante donde se ha llevado acabo el final, ahora se desploma y se posa en el mar, formando un continente mas, los restos del temible dragon son enterrados muy dentro de la tierra... y así, comienza de nuevo.




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α

Pero el tiempo es traicionero, y el amor más... en la ultima vista de su sueño, ve la silueta de una mujer, hermosa como una diosa... recuerda que es su difunta y amada Celene... y recuerda tambien su pecado.

Al despertar, olvida su culpa, al ver a esos pequeños dormidos, como si ya no hubiera tormenta afuera. Toma un gran libro que se encontraba sobre el estudio, recoje una pluma y su viejo tintero... y empieza a escribir.

"Es inevitable seguir escodiendome, el mal esta de nuevo fuera de sus confines... camina ya por nuestros bosques y consume ya nuestros campos" - "Siento de nuevo la presencia de mi viejo enemigo, no se aún que forma y nombre haya tomado, o si su grande ego lo haya hecho tomar la misma"- "Debo hacer algo"- "Malkass, mi hijo adorado, tengo que partir o el fin sera inevitable" - Es lo ultimo que se lee en la nota.

                                                - Un estruendo se escucha en todo el mundo. -