lunes, 28 de marzo de 2011

Libro de la Verdad

El tiempo aun no se contaba y ninguna criatura existía cuando La Gran Madre comenzó a escribir lo que hoy conocemos como vida. Vida la cual se da y se quita ya prestada solamente es la vida. Lo plasmado en estas hojas tendrá que ser revelado en el momento en que todos ser de Drannor esté preparado para la verdad.


Capítulo I

¡Hasta pronto!

Mes De La Vida; tercer día de la semana, año 2502 finales de la Tercer Era

-Al fin esta lista- Merith Giacoman fue el nombre que aquella mujer plasmo en la tesis que realizo con mucho esfuerzo y años de investigación, donde se revelaba un cosa que daría un giro de 180 grados a la vida de todo Drannor ya que pondría en cuestión todo lo venerado hasta el momento.
-Ya está terminada- pensó viendo hacia el fuego de la chimenea de su cuarto, el cual estaba algo fría por la fuerte tormenta gélida que había azotado la pequeña ciudad portuaria y recién fundada de Suez, en honor a el dios del mar. –Tendré que hacer llegar lo más pronto posible las invitaciones a los sabios y religiosos de la región o si es posible de todo el continente para poder exponer mi investigación y dar al mundo a conocer esta visión de la religión, sociedad y amor- la gran puerta de madera, finamente talla con la gracia plasmada de las bellas hadas de las que hablan los elfos, del cuarto fue tocada para después dar el anuncio de que ya era la hora del desayuno. Merith había pasado la noche completamente sumergida en las conclusiones de su tesis que no se dio cuenta que tan tarde, o mejor dicho, que tan temprano era. Sin embargo no se sentía cansada ya que el haber cumplido su deseo de terminar su tesis le animaba a seguir el día, o al menos la mañana.
Unas largas escaleras mas una doble sala eran el camino por el cual tenía que pasar. Al bajar por las escaleras los rayos de sol que se colaban por los vitrales congelados de aquel lugar, al momento de impactar con el camisón blanco de Merith permitían apreciar la belleza de sus grandes y bien formados pechos mas la erección de los sus pezones rosados por causa del frio. Su cabello rojo intenso y ondulado le llegaba a la altura de sus pechos tapando un poco aquella situación la cual incomodaría a cualquier típica mujer, pero que a ella no le importaba ya que su carácter no le permitía intimidaciones por ese tipo de cosas, sabía bien la diferencia entre libertad y libertinaje.
Conforme avanzaba los olores se hacían más notorios, los huevos recién hechos, el tocino ahumando, el pan recién salido del horno de piedra, el café, las frutas exóticas traídas de islas cercanas y el suave aroma de las rosas moradas del centro de la mesa, revolvieron el estomago de Merith. –Buen día Merith ¿cómo has pasado la noche?- Diego de Serna, un hombre entrado en los cuarentas pero con experiencia como un anciano enano con tacto elfico y destreza de un halfing a pesar de su edad, era el gobernador y amigo de Merith era un hombre cabal y justo, el cual en base a esfuerzo y buenas relaciones construyo su fortuna la cual era envidiada por muchos pero admirada por otros; poco a poco estaba construyendo un reino con gran potencial. Antes de decir cualquier cosa unas pequeñas gemelas corrieron a dar un fuerte abrazo a la que consideraba como su tía. – ¡Buen día tía!- las voces chillantes sonaron al mismo tiempo impactando hasta el subconsciente de Merith permitiendo despertarla de sus pensamientos que aun estaba con su tesis - ¡Hola Hermosas, Geowen y Gionent ¿Cómo han pasado la noche?- Merith al preguntar se arrodillo par poder abrazarlas –Dejen en paz a Merith niñas que aun es muy temprano para que estén todas acarameladas con ella- Una bella mujer, de tez morena con abundante cabellera negra que pintaba algunos cabellos blancos despertando aun mas ese aire de madurez y juventud que volvería loco a cualquier hombre…y mujer, salió de la cocina con una charola con el desayuno. Llevaba puesto una ropa no ostentosa pero eso si de muy buena calidad junto con el anillo del signo de la familia De la Serna, era una runa de la cultura enana que significa “equilibrio” Sylvia, sabes bien que estas “mostrillas” son las que me llenan de su energía día a día- Respondió Merith viendo de reojo las caras de pillinas que habían hecho las gemelas.
Todos se sentaron, y comenzaron a degustar aquel almuerzo de señores. Terminado el almuerzo las gemelas pidieron permiso para salir a jugar dando el tiempo y espacio perfecto para conversar a solas los adultos. Diego volteo a su alrededor para ver si estaban completamente solo y poder hablar con tranquilidad –Merith sabes que esta es tu familia en las buenas como en las malas, antes de cualquier comentario deja te explico el motivo por el cual te lo comento. Hace días te veo muy distraída y sumergida en tus pensamientos y el motivo ese el trabajo que estas realizando- Merith intervino con una sonrisa- ¡Ya lo termine!- haciendo una pausa para que Rodrigo continuara después de esbozar una sonrisa junto con Sylvia- Bien ¡Felicidades! Pero ahora con mayor razón tendrás que tener más cuidado sabes que en esta región nadie puede tocarte ni un cabello, mas sabiendo cómo eres no te quedaras quieta e iras a exponer tu tesis la cual comenzara una revolución con un bello y único principio “La verdad”- Diego dio un buen sorbo de café del norte de aquella región la cual estaba rodeada por las montanas. El rostro de Merith cambio de un rostro de felicidad a otros de preocupación, pero que no le duro nada, ni el mismo Rodrigo puedo haberlo notado aun estando de frente a ella. – Sabes que de todo corazón les doy las gracias a todos ustedes de igual manera saben que cuentan conmigo para lo que sea y cuando sea, pero veo que me conocen también como un padre Rodrigo y pues aprovecho el momento para decirles que parto mañana mismo hacia aquel nuevo continente que se ha descubierto recientemente el llamado “Colonia” Me han informado que las reinas y reyes de aquella zona son persona respetables y buenas. La zona aun no es explorada aun así que tendré oportunidad de hacerlo y quien sabe hasta un mapa puedo hacer de aquella zona para ampliar tu biblioteca.- Termino su frase con un sutil guiño del ojo izquierdo; sus ojos verde aceitunado bordeados por esas grandes y bien rizadas pestañas, rojas como su cabello, eran las ventanas de la alama de aquella chica de apenas 20 años con una sabiduría e inteligencia envidiable y un conocimiento que la pudo hacer dueña del mundo esto era una bendición de alguna divina potencia o alguna maldición. Dominaba todas las lenguas, antiguas y no tan antiguas, además sabia de historia como nadie en la región a los ocho años había devorado una sin fin de libros los cuales le daban la oportunidad de conocer Drannor sin salir de un cuarto, pero ahora quería conocerlo “en carne propia”. –Me pondré celosa si continua con esos coqueteas con mi Marido- Dijo Sylvia, rompiendo en una cascada de carcajadas – ¡Vasta mujeres, vasta que me mataran de un ataque de risa!- decía Rodrigo entre bocanadas de aires que tomaba para continuar con las risas. Las lagrimas en los ojos de los tres no se hicieron esperar, fue perfecto la excusa las risas para “maquillar” un poco las tristeza que embargaba a los tres, ya que la familia de la Serna quería a Merith como un miembro más de la familia.
El cuarto grande y bellamente decorado en el que la hermosa Merith dormía estaba completamente obscuro pero en cuanto ella entro y cerró la puerta se produjo un silencio total, más de pronto una fuerte briza de aire gélido se sintió en el cuarto, ella rápido volteo a la ventana la vio cerrada después volteo a la puerta y cerrada. Una pequeña nube negra se hizo presente junto con una niebla espesa y unos rayos que emanaban de la misma. El miedo quiso paralizarla pero la adrenalina fue más fuerte vio como una botas salían de dentro de la mezcla de la nube y neblina.
– ¡No hay tiempo que perder háganlo ahora!- se escucho la voz de una mujer - ¡Vamos de prisa que cada momento me siento más débil- otra voz de mujer que se escuchaba lejana. Merith no sabía qué hacer comenzó a caminar hacia atrás y su vista la tenia fija sobre las botas que cada momento se hacían mas –Ya tengo el libro- ahora era la voz de un hombre con un asentó algo extraño. Merith comprendió en ese momento que venían por su tesis no cumpliéndose lo que Rodrigo había dicho que nadie la podía tocar -¡ahí esta haaaaa!- un sujeto enmascarados salto frente a Merith empuñando un espada enorme con un brillo muy peculiar. Detrás de aquel sujeto se vio como una mano salió lanzando un dardo a Merith. Se escucho un “click” y después otro “click” precipitándose al suelo algo como partes de una armadura observándose una esfera azul – ¡Terminemos ya!- Merith vio toda su vida en cuestión de nada y pensaba de manera acelerada como seria su fin.

3 comentarios:

Khail Dremanber dijo...

Muy buena historia Marco, la verdad muchas felicidades, lamentablemente no estaba en esta historia porque como se me antojo la Merith, esa pinche descripción de los rayos del sol directos a sus grandes y bien formados pechos asu madre, dije que envidia quien fuera ella jajajaj ntc, me hubiera gustado conocerla mas afondo o en su defecto abusar de ella mientras estaba en el suelo, :D
Muchas gracias por compartir esta historia con nosotros

yo te doy un 8.5 :D

Saludos

Dungeon Master Jhering dijo...

Cuida un poco las comas y espacios, a veces hacen que lo interrumpan a uno en la historia y pierdes el hilo. Quitando eso, la historia esta bastante profunda y me gusto mucho lo detallista que fuiste.

Te doy un 10.

+300xp

Aramil Nailo dijo...

Gracias Master por los comentarios leere de nuevo el Cap II para ver si encuentro esos errores para quitarlos

Jr. gracias por tus comentarios espero les guste el capitulo II

Saludos