...Camaradería Imposible...

...Era muy pequeño, tendría acaso unos 10 años. Mi familia se reunía alrededor de la mesa de nuestro comedor. Mi madre cocinaba un delicioso estofado de carne...bien cocida ¡hasta el hueso!...Mi padre, Magni, tomaba licor de raíz junto con mi hermano mayor, Piter. Los hermanos menores tomábamos café de especia y mis hermanas ayudaban a mi madre en la cocina.

Como en otras ocasiones, mi padre aprovechaba estas reuniones para contarnos acerca de la historia dwárfica, la historia de nuestra familia, el origen de los enanos, y como llegó a formarse Drannor. De entre muchas cosas que nos contaba, siempre remarcaba los deseos y lineamientos de Moradin para con los enanos...respetar las leyes, luchar por el bien y enfrentarse sin clemencia a los enemigos de tales conceptos...especialmente...nuestros jurados enemigos, los Orcos. Era obligación de la raza enana enfrentarse a los Orcos, y no solo eso, eliminar todos los reinos Orcos de la faz de Drannor, así como destruir los templos de su deidad, Gruumsh. Y esto se había cumplido en gran medida debido a nuestra raza, y en ello había colaborado siempre nuestra familia.

Pero había un capítulo en nuestra historia familiar que como dice el dicho, era la excepción que soportaba la regla...

Cuenta mi padre que nuestro tío tatarabuelo...allá por la Segunda era, el gran General Dwárfico Moritz Mondragon-Megarik, durante una campaña en contra de una tribu de Orcos quedó aislado y perdido en una cueva...se encontraba hambriento, herido, sin armas y solo...sus compañeros habían caído en batalla y el logró escapar escabulléndose en una cueva que no era aparente en la montaña...

Dentro de ella... a oscuridad plena, pudo encontrar algo de agua, pero no había comida...sin fuerzas y con las heridas abiertas...sabía que podía ser su fin...y cayó en un sopor...

Cual no sería su sorpresa, que al despertar, sus heridas estaban vendadas y curadas con una especia de ungüento...y una forma oscuras estaba al lado de una fogata cocinando lo que parecía un tejón...Al ajustar su vista se dio cuenta que la forma era nada más y nada menos que un Orco...creyendo que era su fin, se incorporó como pudo y se puso en guardia para una lucha cuerpo a cuerpo...

Moritz le gritó que defendería su vida y que acabaría con él...en un muy malogrado galach (common), la criatura le contestó que no era un Orco, sino un Half-Orc...un medio orco, y que ciertamente, había vivido en la comunidad de Orcos la cual estaba en pie de guerra con el clan de nuestro tío...pero que había desertado...

Y lo había hecho, porque al alcanzar la edad adulta comprendió que vivir entre los Orcos no era lo que el quería para su vida, el caos, la destrucción y el mal que a los Orcos les atraía no era para él...a él le interesaba la magia, pero se dio cuenta que necesitaba saber leer y escribir para ello...así que tenía que apelar a su lado humano, y tratar de acercarse a las ciudades humanas para ello...sabia de antemano que buscar algo semejante en una civilización dwárfica sería imposible...

Moritz comprendió que había bondad en aquella criatura...creyó en su historia, y por lo pronto aceptó de sus cuidados y de la cena que estaba preparando...un tanto cuanto poco común, pero con suficientes proteínas para recobrar las fuerzas...

Cuál es vuestro nombre, preguntó Moritz...y el Half-Orc le dijo que se llamaba Klive.

Sabían que afuera de la cueva se desarrollaba una cruenta batalla, y que aparentemente, los Orcos estaban ganando, así que se quedaron a recuperar fuerzas, por un tiempo, cazando y comiendo las criaturas de la cueva...Klive le proporcionó a Moritz un hacha y él mismo tenia otra...Con Moritz recuperado, salieron a revisar el territorio...encontraron a un diezmado batallón dwárfico siendo casi vencido por un grupo de Orcos...

Se unieron a la batalla...lo cual inclinó la balanza hacia el grupo de Dwarves, Moritz y el Half-Orc que con su gran fuerza, eliminó el mismo a los que probablemente serían sus antiguos compañeros de la tribu...

Vencieron, ganaron la batalla...y levantaron en hombros a Moritz y a su...imposible camarada...

Klive fue llevado a la Ciudad Dwárfica, donde gracias a la intervención de Moritz, y como agradecimiento por haberle salvado la vida y ayudado a sus compañeros en batalla...fue admitido como estudiante en la Escuela de Educación Básica...

Allí avanzó Klive, no sin dificultades, no sin burlas y sin problemas...pero logró adquirir lo básico para continuar su sueño de convertirse en Mago...¡Ah!, y mi tío tuvo a bien darle uno de sus apellidos...así que aquel aprendiz de Mago Half-Orc se llamaría Klive Mondragón...

Hasta ahí, la historia que nos contó nuestro padre en esa noche, nuestra madre ya había traído la cena y había que empezar a comer...pero a todos nosotros nos dejó muy asombrados que tales eventos pudieran tener lugar... ¡Que un Enano y un Half-Orc puedan ser camaradas...!...Jajajaaj...pareciera imposible...por cierto aprendí que uno de mis nombres viene de ese tío...Moritz...y hay mas de esa historia, pero tal vez la cuente en posterior ocasión...

Ahora...¿qué tiene que ver eso con mi nuevo compañero de aventuras...Hork?

Moradin, ilúminame...

KM

Moritz y Klive en la Cueva...