viernes, 26 de agosto de 2011

La isla de los Mil dragones


Esta historia la relatan los pocos sobrevivientes de aquel valiente batallón, a la mitad de la primera Era el mundo medianamente conocido esperaba a osados exploradores que tuvieran sed de aventura. La naturaleza hizo su trabajo, dotó a aquél planeta de bastos recursos y cientos de criaturas, quise decir, miles de criaturas.

Thaldar Undoddir vivía en la ciudad de Mellamin, junto con toda una civilización de Elfos que extrañamente colindaban con una poblado de Humanos, entre los dos asentamientos comercializaban entre sí para tener suficientes recursos, aunque no podían dejar atrás las diferencias raciales y las envidias que esto pudiera ocasionar, digamos que comercializaban por necesidad y no por placer.

En buen día como cualquier otro el norte de la ciudad Elfica amaneció en llamas, las chozas fueron consumidas casi en su totalidad junto con sus inquilinos, pareciera como si los dioses hubieran vaciado calderas de lava por aquella región. La noticia llegó muy rápido a la aldea vecina por lo que la presencia humana hizo aparición en escena. 
Entre llanto y desconcierto, los Elfos culparon a los humanos de semejante atrocidad, estuvieron a punto de entrar en conflicto, hasta que por fin llegaron a un acuerdo. El líder protector de Mellamin, Thaldar Undoddir, aprovechó el siniestro para convocar una expedición  que cruzaría el mar de kaleto, y así llegar hacia el continente llamado Praxas y comercializar armamento que los hiciera más fuerte y así evitar ser sorprendidos de nueva cuenta, no les importaba el precio estaban decididos a pagar hasta con la muerte.


Durante meses navegaron teniendo como única brújula viejos mapas escritos por sus ancestros, el mar no cedía a las ambiciones de su capitán y sus tripulaciones. Al termino del onceavo mes y en medio de una tormenta observaron tierra firme, la felicidad llenó aquellos dos navíos que habían zarpado con la esperanza de cumplir su misión. 

La luna observaba la mala fortuna de los elfos y de los humanos, silenciosa y atenta fue desapareciendo poco a poco hasta dejar que la realidad llegara junto con la brisa de la mañana. Thaldar lleno de vigor y felicidad se preparara muy temprano para iniciar labores de reconocimiento. 



Apenas si el convoy de reconocimiento había avanzado unos cuantas horas cuando un fuerte olor ácido se alcanzó a percibir, la temperatura subía en forma exponencial mientras que descubren un sonido ensordecedor que acompaña una explosión en el pico de la montaña mas alta. La guerra había iniciado, Aquella mañana se convirtió en una masacre de magnitudes apocalípticas, la isla estaba repleta de Dragones hambrientos de sangre y de poder, por alguna extraña razón se rompió el pacto de paz que mucho tiempo mantuvo la serenidad de la isla, sin embargo la lucha por la supremacía y el control absoluto de aquél lugar, era el motivo del enfrentamiento.



El cielo que cobijaba las montañas se oculta detrás de inmensas cortinas de humo, ríos de sangre corren a través de las montañas partidas por terremotos, el silencio se hace mas aterrorizante durante la noche y los quejidos agonizantes son el eco que prevalece durante la oscuridad, Thaldar lleva a su tripulación hacia las montañas, ahí encontraron refugio en una pequeña cueva que por su tamaño, pasa inadvertida para los dragones, ahí iniciaron un asentamiento temporal que duró casi 4 meses, el mismo tiempo que la guerra.



Finalmente la guerra a dado una tregua, es tiempo de regresar a casa¡¡¡ dijo Thaldar, apresurado empezó a organizar a lo que le quedaba de tripulación, guerreros, marineros, mujeres y ganado todos ellos vislumbraron una pequeña pausa que les ofrecía la única oportunidad de regresar a casa con vida. La noche estaba por llegar cuando zarparon hacia su destino, cuando pensaban que estaban a salvo se acercó un dragón y a manera de advertencia descargo toda su ira en uno de los navíos acabando instantáneamente con toda su tripulación y con ella al padre de mis hijos. El mensaje fue claro, no regresen nunca.


Jamas olvidaré esa excursión, marcó mi vida para siempre, Thaldar hizo un gran trabajo al liderear al grupo y traernos con vida hasta nuestro hogar, unos con más vida que otros, pero al final vivos. Al poco tiempo de regresar a Mellamin, sola y triste me mudé hacia el norte y me refugié en una iglesia de Moradin que tuvo la bondad de darme asilo. Ahí tuve a mis dos hijos, gemelos por cierto, que nacerían sin padre, o bueno, al menos eso es lo que pensaba Yo. Cuando vi salir a mi primer hijo de mi vientre, no lo podía creer, es... es... diferente tiene rasgos de reptil. ¿¡Qué me esta pasando¡?




Dentro de los sobrevivientes me encontraba Yo, Meredith.


Continuara...

2 comentarios:

Dungeon Master Jhering dijo...

Me gusto en general, solo hay que explicar bien ahi el aspecto de los tiempos. Ya que tu historia empieza en la primera era y luego no cambia de tiempos en cuanto a cuando vivio meredith y cuando nacieron los gemelos.

Por lo demas aplaudo tu intervencion. Me recuerdas de darte tu reward.

Kike, mis tarjetas.

Saludos

Aramil Nailo dijo...

Como? por que El Master dice Kike? que este no es el Jr?