Carta al Gran Patriarca

Ya empezada la cuarta Era los dominios del Mal eran desconocidos, el mundo de Drannor vive en una paz inquietante para mi, no hace mucho tiempo pude vivir en carne propia la experiencia de lidiar con las fuerzas malignas que muchos ignoran, e inclusive ser victima de acusaciones sin fundamentos y llenas de ignorancia, tal parece que me persigue la mala suerte o tengo una deuda muy grande con los dioses. El presente Texto Gran Patriarca es para alertarle de estos sucesos, el mal que predomina en esta región se extiende a pasos agigantados y con un poder impresionante, no dudo que en breve pueda llegar a mi antiguo hogar. Por el momento estoy en un pueblo desierto y moribundo que apenas si puede sostenerse a mi lado tengo compañeros que tienen mas dudas de las que tengo yo, ellos… ellos.. son mis compañeros de batalla, yo no se si me eligieron o los elegí, pero al fin y al cabo estos… estos.. son mis compañero y no hay nada que hacer.

            Por otra parte me gustaría intercambiar conocimientos con usted, se que poco a poco iré mejorando hasta llegar a comprender la magia Arkana de una manera excelsa, si no es que otra me comprende a mi primero, sabes a lo que me refiero.

            Hasta donde puedo confiar en mí? Hasta donde puedo dejar mis impulsos actuar? En quien puedo confiar? A quien le puedo preguntar? Estas y muchas otras preguntas rondan en mi cabeza y danzan en compañía de sueños oscuros, realidades alternas e ideas mortíferas. Guardo un minuto cada noche para que Wee Jas aclare mi pensamiento y me haga ver el camino hacia mi misión, aunque debo de ser sincero, en ocasiones me da miedo que mis plegarias sean atendidas, la oscuridad me conforta, la sangre enemiga sacia mi sed de batalla y en estos momentos y mas que nunca deseo unas palabras de aliento. Recuerdo que en alguna ocasión te escuche platicar sobre la Isla de los Mil Dragones y cada vez que recuerdo fragmentos de tu conversación una rara sensación recorre mi cerebro, quiero saber si mi pasado tiene algo que ver con esa historia.

Cierro la carta y se la doy a Claudio.