-Tarde, de nuevo tarde! Maldita sea no puedo creerlo como fue posible? Todo indicaba lo contrario- la aldea a la cual llego aquel sujeto estaba completamente destruida, se veía la brutalidad con la cual arrasaron con aquel lugar, el hedor era insoportable, el fuego ya se había extinguido, las bestias habían hecho su trajo devorando casi todo.
-Qué pasa? Dónde estoy?
Por qué he vuelto?- preguntaba
confundido el aldeano. Se levantó tambaleándose llegando con dificulta al
umbral de la puerta…no podía creer lo que veía, su pueblo devastado y algunos
sobreviviente entre ellos su hijo. –Papaíto, papaíto al fin has despertado! –
el chiquillo fue corriendo abrazar a su padre el cual no podía ver por las lágrimas
que brotaban de sus ojos por la felicidad de ver a su hijo. –Timmy, que bueno
verte hijo, deja verte, besarte y abrazarte, pero que haces aquí yo vi cómo te atravesó
una flecha el pecho?- aquel hombre aun no entendía que estaba pasando. Timmy al
ver que su padre estaba confundido le explico. – El Sr. del caballo blanco me
dijo que te recuperarías al igual que mamá-
el hombre se exalto – Como tu madre está viva?- el niño llevo a su padre con su
madre la cual aún se estaba recuperando – Ella aún no se despierta papaíto, ha
pasado malas noches pero ya está mejor.- El
hombre le pregunto a su hijo por el sujeto del caballo blanco, el niño dijo que
se había marchado hace dos días ya que necesitaba encontrar a una persona. Los dos
caminaron por el pueblo devastado, ya no había cuerpos todos habían sido enterrados
en el cementerio del pueblo con sus respectivo nombres, en todas las lapidas decía
“Que los brazos de la Gran Madre los acoja” –Papaíto el Sr. del caballo blanco, no puedo
hacer más- el hombre estaba triste por su amigos y familiares pero feliz por
estar con su familia.
1 comentario:
Ya la habia leido. Pero no habia comentado. La verda mejiraste tu escritura y redaccion. Esa foto eres tu y uno de tus hijos verdad?
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